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dc.contributor.authorRoyo-Bordonada, Miguel Angel 
dc.date.accessioned2020-03-23T08:16:29Z
dc.date.available2020-03-23T08:16:29Z
dc.date.issued2017
dc.identifier.citationRev Esp Nutr Hum Diet. 2017;21(Supl. 1):56-8.es_ES
dc.identifier.issn2173-1292es_ES
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/20.500.12105/9299
dc.descriptionI Congreso de Alimentación, Nutrición y Dietética. El Dietista-Nutricionista: Pro-motor de Salud Pública.es_ES
dc.description.abstractLa epidemia mundial de obesidad y enfermedades no transmisibles está relacionada con patrones de alimentación no saludable que tienen múltiples causas actuando a varios niveles. La globalización del mercado alimentario, que produce y distribuye mundialmente una amplia gama de producto ultraprocesados (energéticos y pobres en micronutrientes) a precios asequibles, y su publicidad intensiva, son los principales factores sistémicos que están detrás del deterioro de los hábitos alimentarios de la población . Factores socioculturales y económicos modulan la influencia que los condicionantes sistémicos ejercen a nivel individual, estando las clases desfavorecidas con serias dificultades de acceso a una alimentación saludable y muy desprotegidas frente al entorno obesógeno, dado que el ambiente inmediato de las personas interacciona con sus vulnerabilidades a nivel biológico y psicológico. Cuando se añaden a los alimentos y bebidas determinados nutrientes y potenciadores del sabor (azúcares, grasas, sal, edulcorantes artificiales y otros aditivos), se amplifica el mecanismo de la recompensa asociado a su ingesta, minando la capacidad del individuo para regular la ingesta de productos ultraprocesados. A esto hay que añadir las múltiples facetas del entorno que fomentan su consumo en grandes cantidades: su prevalencia como opción alimentaria por defecto; el tamaño grande de las raciones; el uso de un etiquetado nutricional complejo y difícil de comprender para el ciudadano medio; la presencia de alegaciones de salud y avales científicos o profesionales; la aceptación, por organizadores de eventos deportivos para niños, de patrocinios de empresas productoras a cambio de espacio publicitario; y la transformación de colegios, hospitales y centros deportivos en centros comerciales y distribuidores mediante la instalación generalizada de máquinas expendedoras. Este amplio abanico de factores condiciona en gran medida nuestras elecciones alimentarias sin que seamos conscientes de ello. Por tanto, más allá de la responsabilidad individual, hay una clara responsabilidad social, de carácter colectivo, en la forma de alimentarnos.es_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.publisherFundación Española de Dietistas, Nutricionistas (FEDN) es_ES
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/*
dc.titleDesafíos de las políticas nutricionales en España: de la responsabilidad individual a la responsabilidad colectivaes_ES
dc.typeconference paperes_ES
dc.rights.licenseAtribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional*
dc.format.volume21es_ES
dc.format.numberSupl. 1es_ES
dc.format.page56-8es_ES
dc.identifier.e-issn2174-5145es_ES
dc.relation.publisherversionhttp://renhyd.org/index.php/renhyd/article/view/504/277es_ES
dc.identifier.journalRevista Española de Nutrición Humana y Dietéticaes_ES
dc.repisalud.centroISCIII::Escuela Nacional de Sanidades_ES
dc.repisalud.institucionISCIIIes_ES
dc.rights.accessRightsopen accesses_ES


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