Mostrar el registro sencillo del ítem

dc.contributor.authorDiaz-Jimenez, Julio 
dc.contributor.authorCarmona-Alferez, Rocio 
dc.contributor.authorLinares-Gil, Cristina 
dc.date.accessioned2017-11-28T13:53:00Z
dc.date.available2017-11-28T13:53:00Z
dc.date.issued2015-07
dc.identifier.citationDíaz Jiménez, J., Carmona Alférez, R., Linares Gil, C. Temperaturas umbrales de disparo de la mortalidad atribuible al calor en España en el periodo 2000-2009. Madrid: ISCIII, ENS, 2015es_ES
dc.identifier.urihttp://hdl.handle.net/20.500.12105/5425
dc.description.abstractA la hora de la activación de los Planes de actuación ante los efectos de las temperaturas extremadamente elevadas surgen diferentes problemas relacionados en gran medida con la falta de una definición común de lo que se denomina ola de calor en salud pública (Montero et al., 2013) y las múltiples incertidumbres asociadas con la determinación del impacto de las temperaturas extremas sobre la salud (Konkel, 2014). Por un lado, están las asociadas con la variable meteorológica que va a definir una ola de calor y, por otro lado, las incertidumbres relacionadas con la variable de salud sobre la que se pretende determinar su influencia. En cuanto a la primera cuestión parece claro que, la variable meteorológica que debe definir una ola de calor es la temperatura del aire, ¿pero qué medida de temperatura? la temperatura máxima diaria, la temperatura mínima o la temperatura media diaria. En otros casos, se ha definido una ola de calor en base a ecuaciones semiempíricas que relacionan la temperatura con otras variables atmosféricas como la humedad relativa, denominada temperatura aparente (Steadman, 1984) o el denominado «wind chill» (Siple P, 1958) que relaciona la temperatura del aire con la velocidad del viento. Las respuestas a estas cuestiones aún no cuentan con consenso científico, ya que existen numerosos trabajos que utilizan las diferentes variables antes citadas para definir lo que se denomina una ola de calor (Montero et al., 2013). Aunque parece que la temperatura máxima diaria es la más utilizada en general, en los últimos años en Europa y, como resultado del proyecto Euroheat (D’ippoliti et al., 2010), se ha venido a utilizar la denominada «temperatura aparente» como indicador meteorológico del efecto combinado de temperatura y humedad. No obstante la utilización de este parámetro no está exenta de controversia por varios motivos.es_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.publisherInstituto de Salud Carlos III (ISCIII). Escuela Nacional de Sanidad (ENS) es_ES
dc.type.hasVersionVoRes_ES
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/*
dc.titleTemperaturas umbrales de disparo de la mortalidad atribuible al calor en España en el periodo 2000-2009es_ES
dc.typebookes_ES
dc.rights.licenseAtribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional*
dc.identifier.doi10.4321/repisalud.5425
dc.repisalud.centroISCIIIes_ES
dc.repisalud.institucionISCIIIes_ES
dc.identifier.nipo725-15-015-7es_ES
dc.identifier.nipo725-15-014-1es_ES
dc.rights.accessRightsopen accesses_ES


Ficheros en el ítem

Acceso Abierto
Thumbnail
Acceso Abierto

Este ítem aparece en la(s) siguiente(s) colección(ones)

Mostrar el registro sencillo del ítem

Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
Este Item está sujeto a una licencia Creative Commons: Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional